Este soy yo. Aquí todos me conocen como el "tío", y mejor que así siga, porque mi mamá me condenó a llamarme Aniol. Te cuento que 2 de cada 3 me cambian el nombre por Aníbal o Anuel, y el 1 que falta me pregunta: "¿Cómo dijiste que te llamabas?".
Además de un nombre "original", tengo un sueño del que luego te hablaré.
Pero antes, te debo contar que no puedo venir aquí diciendo "mi misión de vida es transformar tu negocio" con mis 3 másters en marketing digital y 200 años de experiencia en el sector. Sin olvidar mis valores: hacer llorar a la primavera. No puedo. No lo veo serio.
La verdad es que soy un "tío" muy normal que nunca había hablado delante de una cámara hasta finales de 2022. Estudié Deportes y me gusta comer. Mucho.
¿A qué me dedico?
Como le decía mi ex cuando le pedía explicaciones: es complicado. Lo de cambiar el mundo y hacer llorar a la primavera me lo he planteado, no te voy a mentir.
¿Por qué te cuento esto?
Porque como te dije, tengo un sueño.
Me da cierta pena decirlo en público, pero mi sueño es conocer las entrañas más puras de toda la comida mexicana... contarle a los 4 vientos lo maravillosa que es esta gastronomía y que me paguen por ello. Mucha gente se ha sumado a soñar conmigo, y la verdad es que a veces es un poco incómodo. ¿Es mi sueño, sabes?
Pero bueno, no me quejo. Supongo que ya habrás visto el video de cómo empezó todo esto. Si no lo has visto, te recomiendo que lo veas antes de seguir. No te obligo, te lo recomiendo.
Bien, pues si lo has visto, entenderás que estoy cumpliendo mi puto sueño. Es una sensación difícil de explicar, como si la primavera se hubiera puesto a llorar, ¿sabes?
En fin, ¿por qué te cuento todo esto?
Porque a inicios de 2023 empecé a documentar mis experiencias en restaurantes, y ahora me siento muy agradecido de poder vivir de ello y de ayudar a los currantes que hay detrás de lo que puede parecer un simple plato.
No quiero ser influencer, de hecho, odio que me llamen así. Solo quiero seguir descubriendo, conociendo y recomendando a los miles de soñadores cuyo motor de vida es comer, lo mucho que tiene por ofrecer este hermoso país llamado México.
Esos que entienden que la vida es eso que pasa entre comida y comida. De los demás, no me fío.
Y acabo. Dicen que en esta sección debes hablar del problema que solucionas. Y conectar. Pues vale. Entonces debería contarte que conmigo venderás más. Que un buen influencer, uno de verdad, cambia la vida de cualquier negocio. Pero lo debo hacer sutil, sin darme importancia. Que no parezca que te quiero vender nada. Porque vender es malísimo y espanta a todo el mundo.
El protagonismo debe ser para el lector, o sea, para ti. Vamos, que tengo que llevarte al nirvana. Hipnotizarte. Persuadirte.
Luego debería contarte una historia de superación personal con la que empatices, para que conectes conmigo y confíes en mí. Una vez me enchilé tanto que cuando fui al baño... bueno, ya sabes. Si sabes de lo que hablo, ya hemos conectado. A estas alturas ya deberías estar confiando mucho en mí. O deberías.
Y por último, hay que incluir un call to action, una llamada a la acción. Que me contraten para hacer promoción, una consultoría de marketing digital o lo que sea. Que leer es gratis y la comida no se paga sola.
¿Todo bien? Te lo resumo:
Soy foodie (comidólogo marketero en español). En eso molo. En otras cosas, no molo tanto. Tengo sueños y pesadillas. Me gusta comer. Mucho. Y recomendar buenos restaurantes a mis 4 trillones de seguidores. Lo he hecho desde que tengo memoria con mis amigos. Se me da bien. Muy bien.
También me gusta vivir. Sin más. Si a ti te gusta vivir, y además tienes un restaurante que necesita ser comido, tengo otro video donde explico por qué contratarme es tu mejor opción. ¿Que no te convence? Ver el video es gratis. Y sigues viviendo.